El primer apunte se documenta en la Dayira (Aḏḏaḫīrah fī maḥasin ahl alǧazīrah) de Ibn Bassam, historiador andalusí, de querencias almorávides, de la primera mitad del siglo XII. Cuenta cómo un testigo presencial oyó en Valencia decir al Cid de su propia boca la frase:
Un Rodrigo conquistó la península y otro Rodrigo la salvaráCon ella el Cid aludía a la consciencia de la pérdida de la península ibérica, la Hispania de romanos y visigodos, según la leyenda de origen monárquico asturiano del último rey godo Rodrigo, y también de su recuperación (salvación, en términos aún más mesiánicos), operación que se estaba llevando a cabo y que, según esta noticia, el propio Campeador se erigía en el posible reconquistador de la totalidad de la España medieval, restaurando el dominio cristiano.
La segunda información proviene de las memorias de Abd Allah ibn Bullugin, último rey de la dinastía zirí de la Taifa de Granada. En sus Memorias, escritas a fines de 1094 o 1095, justo después de que el Cid conquistara Valencia, leemos que Sisnando Davídiz, conde mozárabe, le advertía al rey de Granada "de viva voz" cómo:
Al-Ándalus era en un principio de los cristianos, hasta que los árabes los vencieron y les arrinconaron en Galicia [...] Por eso, ahora que pueden, desean recobrar lo que les fue arrebatado, cosa que no lograrán sino debilitándoos [a los andalusíes] y con el transcurso del tiempo, pues, cuando no tengáis dinero ni soldados nos apoderaremos del país [andalusí] sin ningún esfuerzo.Clarividencia la del potentado mozárabe, que veía las causas económicas e ideológicas de la reconquista cristiana, y plena asunción de este concepto por parte de Ibn Bullugin en sus memorias tras la toma de Valencia por el Cid, y todo ello pese a que sería reconquistada por los almorávides en 1102 y no sería hasta el siglo XIII cuando esta ciudad, y la mayor parte de la península, será conquistada por los seguidores de la cruz, sobreviviendo, eso sí, paradójicamente, el Reino de Granada en manos de otra dinastía autóctona islámica doscientos años más tras el colapso de los estados musulmanes peninsulares que ya previó el magnate mozárabe y transmitió, asumiendo el concepto, el rey y escritor granadino musulmán.