Los titulares de los periódicos tienen por objeto vender. Es raro que se dé una noticia de alcance sobre literatura, más si se trata del "descubrimiento" del autor del Lazarillo de Tormes. Pero si no hay noticia, no hay problema, se inventa.
Recientemente la historiadora Mercedes Agulló ha publicado un libro en el que propone atribuir la autoría de la obra precursora de la novela picaresca a Diego Hurtado de Mendoza, al elaborar «una hipótesis seria sobre la autoría del Lazarillo, que [...] apunta sólidamente en la dirección de don Diego». Lo mismo que podría decirse de las teorías que defienden que el Lazarillo lo escribió Fray Juan de Ortega, Juan de Valdés, su hermano Alfonso de Valdés (este último postulado insistentemente desde 2002 por Rosa Navarro Durán), Sebastián de Horozco, El Comendador Griego, Juan Maldonado, Alejo de Venegas, Gonzalo Pérez ... y no hago una relación exhaustiva. Por cierto, que la atribución a Diego Hurtado de Mendoza no es nueva. Ya a comienzos del siglo XVII aparecía el poeta y diplomático como autor de la obra en catálogos de todo el mundo y hasta el siglo XX era habitual darle la paternidad de la historia de Lázaro de Tormes.
Por mucho que los periodistas la han instigado (y aun hostigado) a que diera un titular sensacionalista, la experta en diplomática (ciencia que se ocupa de los documentos antiguos), no se dejaba atrapar, ni daba nada por definitivo, ni refutaba absolutamente nada, según enérgicamente decía, pese a sus provectos 84 años, ante el acoso del periodismo amarillento.
Su monografía se titula A vueltas con el autor del Lazarillo. Es muy cauteloso este epígrafe. De tener la señora Agulló completa constancia de un descubrimiento, creo que habría titulado de otro modo. En todo caso la "prueba" documental consiste en la frase "vn legajo de correçiones hechas para la ynpression de Lazarillo y Propaladia" encontrada entre los papeles que pertenecieron a Diego Hurtado de Mendoza y que aparecieron en el inventario del cosmógrafo y cronista de Felipe II Juan López de Velasco.
Pero lo que me resulta muy significativo es que Juan López de Velasco, administrador de Diego Hurtado de Mendoza, fue el encargado de corregir, es decir, de censurar (castigar se decía entonces), por orden del Tribunal del Santo Oficio, tanto el Lazarillo como la Propalladia de Bartolomé Torres Naharro, y de publicar en 1573 estas ediciones enmendadas.
Así pues, las "correcciones para la impressión del Lazarillo y la Propalladia" deben ser las copias de trabajo que utilizaron Juan López de Velasco o Diego Hurtado de Mendoza, quizá el verdadero factor de la labor de expurgo, para dar a la imprenta la versión castigada de la Propalladia, escrita por Torres Naharro, y del Lazarillo, que aún no sabemos quién escribió.
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Actualización. En Madrid, en 1573 y a cargo del impresor Pierres Cosin, se publicó a nombre de Juan López de Velasco (como editor literario) la edición titulada Propaladia de Bartolomé de Torres Naharro, y Lazarillo de Tormes. Todo corregido y emendado por mandado del Consejo de la Santa y General Inquisición. Su "Aprobación" rezaba: "Por comisión y mandado de la Santa Inquisición corrigió Juan López de Velasco este tratado".Así, la referencia documental encontrada por Agulló de una "impressión del Lazarillo y la Propalladia" parece aludir a esta edición conjunta castigada. La descripción bibliográfica analítica de esta edición es como sigue:
PROPALADIA | DE BARTOLOME | de Torres Naharro, | Y | LAZARILLO | de Tormes. | Todo corregido y emendado ,por mandado | del consejo de la santa , y general | Inquisicion. | [Marca de impresor, VINDEL, F., Escudos y Marcas, n.º 284*] | IMPRESSO CON LICEN | cia y priuilegio de su Magestad | para los reynos de Castilla | y Aragon. | En Madrid , por Pierres Cosin. | M. D. LXXIII.
*Francisco Vindel, Escudos y marcas de impresores y libreros de España durante los siglos XV a XIX (1485-1850); con 818 facs, Orbis, Barcelona, 1942, pág. 216.
Buenos días. Me llamo Silvano Andrés de la Morena. Te agradezco sinceramente tu comanterio a mi artículo de ayer en Heraldo de Soria. Lo que salió en el cultural de "El Mundo", y muchos diarios lo imitaron con fruición, como una bomba informativa, ha resultado ser una hipótesis más. Me he leído este fin de semana el libro de Mercedes Agulló y siento decir que resulta difícil deducir la autoría de don Diego Hurtado de Mendoza. Reconozco el valor del libro, el gran trabajo de la señora Agulló y, sobre todo, su vitalidad y claridad expositiva en una entrevista el otro día en Radio Exterior de España. Soy profesor de Literatura y escribo dos veces por semana en Heraldo. Por eso, por ser profesor y haber leído muchas opiniones sobre autoría de nuestro Lazarillo, soy bastante escéptico ante lo primero que aparece. Como dices, también Mercedes Agulló ha sido prudente, incluso en el título de su obra.
ResponderEliminarSilvano Andrés de la Morena
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ResponderEliminarBienvenido, Silvano; te agradezco también sinceramente tu acuse de recibo con este comentario. También yo suelo desconfiar de los titulares del periódico hasta no leer la letra pequeña, que a las veces es mucha, y a la que pocas veces se atiende. En tu caso, sin embargo, la has leído a fondo. Un cordial saludo.
ResponderEliminarExcelente. ¿Estás empezando ahora con el blog? Bueno, voy a seguirte de cerca, si no te importa. Además voy a citarte en otra entrada que estoy preparando sobre el mismo tema. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por el parabién, el seguimiento y por tener en cuenta mi entrada para la tuya próxima.
ResponderEliminarExcelente análisis con el que coincido plenamente. Me parece destacable la cautela que señalas de la misma profesora Agulló ya en el título frente al sensacionalismo mediático. Añadiré esta referencia a mi artículo sobre el tema. Gracias por leerlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por la adición. Un cordial saludo. P. D. creo que hubo una errata al poner la referencia en tu blog en la palabra Propalladia
ResponderEliminarHola, Escarlati.Llego hasta tu bitácora tras comprobar que habías dejado un comentario en la mía acerca del asunto de esta entrada sobre el LAZARILLO. Coincido plenamente contigo en lo desconcertante del dato de la PROPALLADIA. Yo no mencioné esto en mi artículo porque se trataba más bien de una infromación divulgativa sobre la obra de Agulló. Pero es cierto que me percaté de que la PROPALLADIA suponía un punto débil de su teoría. Cuando Agulló defiende que el LAZARILLO es de Mendoza, se basa fundamentalmente en el hecho de que las correcciones de la obra se encuentran al lado de otros papeles del autor. Es casi una conclusión derivada de la contigüidad espacial de unos documentos con otros. Pero por esa regla de tres o la PROPALLADIA es también de Mendoza, algo que está demostrado que no es así, pues es de Torres Naharro, o la prsencia de esa obra junto a otros documentos de Mendoza debilita la primera teoría. Tu blog parece reciente, ¿verdad? Intuyo que puede ser muy interesante seguirlo. Acudiré en más ocasiones. Un saludo cordial.
ResponderEliminarSí, es reciente mi blog. Estoy haciendo los pinitos. Gracias por el seguimiento y aprovecho para decir que me parece muy interesante vuestro blog.
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