domingo, 4 de julio de 2010

El Cid falsificado IX: el protectorado de Valencia

Desterrado por segunda vez, pasa el Cid la Navidad de 1088 acampado en Elche, pero pronto tiene noticias de que el tesoro procedente de los impuestos del distrito de Denia, entonces perteneciente al rey Al-Mundir de Lérida, se custodiaba en Polop. El Campeador debía mantener a su mesnada, pues ahora no dependía de ningún señor, por lo que asaltó la fortaleza y obtuvo un importante botín que le permitiría continuar sus correrías y mantener a su gente contenta. A comienzos de 1089 Rodrigo reconstruye un castillo en Ondara, probablemente en las estribaciones de la sierra de la Segaría, frente a la ciudad de Denia, con el fin de pasar la Pascua. Al rey de Lérida, ante la imposibilidad de defender estas lejanas posesiones, no le quedó otro remedio que pactar con el Cid su retirada de la región, lo que consiguió, sin duda tras pagarle generosos emolumentos.

El Campeador se dirigió entonces a Valencia, donde el débil reyezuelo Al-Qadir, que ya no controlaba las plazas circundantes, ganó también su benevolencia mediante importantes estipendios económicos; tras él, los alcaides de la taifa de Valencia le rindieron asimismo pleitesía en forma de parias. Desde ese momento el Cid había creado, de facto, un protectorado en Valencia.

Para asegurar la frontera norte, donde operaba amenazante el rey taifa de Lérida, el Campeador se instala en Burriana. Al-Mundir no podía seguir tolerando la impune actividad del Cid en territorios tan cercanos a sus intereses, por lo que contrató los servicios del conde de Barcelona Ramón Berenguer II el Fratricida, e intentó sumar a la coalición al rey de Aragón Sancho Ramírez y al conde de Urgel, Ermengol V, pero rechazaron la propuesta. Sin embargo, el monarca leridano intentó seguir allegando fuerzas para conseguir una victoria sobre Rodrigo. Obtuvo también un inicial apoyo a la causa de Al-Mustain II, rey de la Taifa de Zaragoza, pero tras conocer que Alfonso VI de León rechazaba participar en la empresa, abandonó también la alianza.

Entre tanto, el Cid se había desplazado hacia las tierras del interior, a Morella, donde había abundante cosecha y ganados que permitieran sustentar su numerosa hueste. Allí conoció la noticia de la alianza que contra él se preparaba gracias a unos mensajeros del rey de Zaragoza que, posiblemente arrepentido de su primera intención de combatirle y en recuerdo de la antigua amistad y servicios prestados por el Cid a su linaje, quiso avisarle del peligro que se cernía sobre él. Rodrigo respondió a través de los emisarios zaragozanos que no temía nada y que esperaba firme el ataque del conde de Barcelona, ejército mercenario sufragado por Al-Mundir.

En un lugar indeterminado entre Monroyo y Morella, el pinar de Tévar, se produjo en verano de 1090 el encuentro bélico que el Cid ganó gracias a su habilidad estratégica y al buen uso del terreno escarpado, a pesar de haber estado muy cerca de la derrota y haber caído del caballo resultando herido. Por segunda vez el Campeador derrotó al poderoso conde de Barcelona y, también de nuevo, lo capturó, obteniendo una gran cantidad de dinero por su rescate.

2 comentarios:

  1. ¿Has trucado el contador de visitas? Me alegro, hazme el favor de ponerme en el blogroll, a ver si se me pega algo :) Enhorabuena, compa.

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  2. ¡Qué va, si me vino justo para acertar a ponerlo! Si me explicas qué es eso del blogroll, lo intento. ¿Aún no sabes que esto de la informática se me da regulero? En todo caso, gracias por los parabienes.

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